EL CIELO NOS CASTIGA

Llúvias en Murcia, en Cataluña, en Córdoba. Llúvias debastadoras, en la época equivocada. Desastres naturales que van ocurriendo y que nos hacen pensar en un "castigo" por el maltrato hacia nuestro Planeta.

La Tierra nos acoge, es nuestra casa, nos proporciona alimento, somos parte de ella o, ella es parte de nosotros. Debemos quererla, mimarla, mantenerla en perfecto estado para que nuestros hijos y nietos la disfruten; pero he aquí la paradoja, nuestro bien más preciado, nuestro Planeta, es objeto de destrucción por intereses económicos, por falta de conocimiento e información, por dejadez de quienes mandan, por desidia de los mandados, por apatía general. No hay tiempo que perder, es hora de cambiar nuestra visión de la Tierra, de mirarla de otra manera, de protegerla de la mano interesada y de arroparla como oro en paño que pasarán a heredar nuestra descendencia.

Y qué podemos hacer nosotros, ciudadanos de a pie para mejorar esto. Es sencillo, en nuestro día a día podemos reducir el consumo de energía, el consumo de agua, reciclar e intentar generar menos basura y reutilizar aquello que podamos. LAS TRES R. Y, por encima de todo : EDUCACIÓN Y CIVISMO, esa es la base del progreso: información, concienciación y práctica de lo aprendido y comprendido como necesario.

Planeta verde es el que cuida al medio ambiente
para que en un futuro en la Tierra viva gente.
Hoy la toma de conciencia es algo urgente
porque el planeta sufre injustamente.

Planeta verde es el que tú te mereces.
Planeta verde el que tus hijos quieren.
Planeta verde es el que hace que desees
estar vivo con la fe que te sostiene.

Planeta verde para pájaros y peces
Bosques verdes, los disfrutarás con creces.
Planeta verde, selva virgen y agreste.
Orbe que deleita a mis ojos celestes.

Planeta verde es el que te prometen
mientras sus conciencias nunca les remuerden.
Pues las grandes corporaciones prefieren
ganar dólares que también son verdes.

Planeta verde libre de contaminación y peste,
de Norte a Sur y de Este a Oeste.
Uno en el que el pan nazca de su simiente,
y del verde la humanidad se alimente.

Un mundo real, no el de Julio Verne,
uno del que mis hijos no se avergüencen al verme.
Uno que no lo arruinen ávaros delincuentes,
y en el que la vida con la ecología concuerden.

Planeta verde, de tí también depende
para que las generaciones futuras te recuerden.
Después de todo, la esperanza puede que sea verde
y ella es lo último que se pierde.

RUBÉN SADA